jueves, 21 de febrero de 2008

Mi primera camiseta

Llegaba el verano del 98 y las vacaciones, yo ya estaba hecho una lacra, verano para mi ya era jugar pelota desde que amanecía hasta que llegara la tarde y luego a chivatiar por el barrio jugando el recordado lingo, encantado, policías y ladrones; pero ese verano era diferente mi vieja ya no sabia como contrarrestar mi vagancia, porque años atrás para no tenerme en la casa me manda a vacaciones inútiles (jaja perdida de plata).
Bueno era un pelotero de aquellos es por eso que un día un amigo me comenta para meternos a jugar a Alianza Lima porque un tío del barrio se creía entrenador y nos dijo que nos iba a llevar a Matute para meternos a la academia. Ahora el problema era si mi madre diría que ya, aunque yo no lo creía mi mamá acepto, al fin ya no más vagancia diría ella (si supieras jajaja).
Mi primera vez que pisaba Matute bajamos del micro junto al tío y mi amigo, exactamente en la puerta de sur, yo miraba toda la fachada del estadio mientras íbamos para la explanada de occidente, al llegar todo el estacionamiento estaba llena de chibolos con sus camisetas jugando pelota, puta madre quería yo también estar ahí, como sea tenia que jugar ahí decía yo.
Llego la matricula para mi mala suerte en esas fechas no habían pruebas, y es ahí cuando me dan mi uniforme después del respectivo pago que tuvo que hacer mi madre (ella pensaba que solo era matricula jajaja), entonces abrí la bolsa y me puse la blanquiazul aunque ese día no había entrenamiento yo me regrese con la blanquiazul puesta hasta mi casa.
Jugar en la academia de Alianza era de la puta madre hice varios amigos, que no me acuerdo ni sus nombres pero mas palomilladas hacíamos, recuerdo que un día nos robamos cerca de 50 revistas de cable mágico que habían dejado en occidente para el club, harto chibolo achorado había ahí, creo que en ese momento es que agarre un poco mas de calle.
Bueno mi época en la academia era buena jugaba de delantero, es mas me convocaron para ir a huaraz o huaral a jugar un partido junto a una categoría mayor de Alianza, pero es ahí donde entra mi madre otra vez para no aceptar firmar la carta autorizando el viaje (la conchasumadre!!!) ya habían pasado los 3 meses en un abrir y cerrar de ojos, mi verano y mi vagancia se transformo en ir a matute casi toda la semana a entrenar y luego llegar trapo a dormir a la casa.
En ese año conocí matute y conocí realmente lo que era formar parte de Alianza Lima, de niño siempre tuve el sueño de ser futbolista, solo quedo en ser un sueño mi madre el verano que vino ya no acepto meterme a jugar, la vagancia volvió, mientras iba creciendo ya el chivatear en las calles iba cambiando por los tonos, luego el alcohol, y demás vicios que se presentaron, pero todo eso se puede dejar de hacer, solo hay una cosa que yo ya no puedo dejar de hacer y es vivir Alianza Lima todos los días de mi vida.

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